Por Ericka Pedrero
Para Nelson Garpec, quien es el fundador y el director general de Garpec, una empresa especializada en servicios de fumigación para el sector vivienda, comercial e industrial, hay dos aciertos que lo han llevado a crecer como emprendedor y a establecer su empresa: las personas y el miedo.
Si bien hay personas que lo han apoyado en el transcurso de los años, también hay quienes le han quedado mal y que incluso le han robado, “todas han sido base del éxito de la empresa”, explica Nelson, mientras cuenta la historia de resiliencia que ha tenido su emprendimiento.
Por otra parte, para Nelson el miedo es lo que lo mueve como emprendedor: “El miedo a no pagar la renta, a no pagar los préstamos, a no pagar el auto, a no juntar para la nómina, el miedo a quedarte en la bancarrota; y ese es mi miedo de cada 15 días”, comparte a Lord Multitask.
El nacimiento de Garpec
La consolidación de la idea y empezar la operación de la empresa no fue de un día para otro, sino que derivó de muchos momentos que llevaron a Nelson a plantearse la posibilidad de abrir una empresa de fumigación en Nuevo León.
Cuando Nelson tenía 17 años falleció su papá, derivado de ello le dieron una beca de estudios que lo ayudó a entrar a la Universidad de Texas; al poco tiempo de vivir allá se dio cuenta que se necesitaba un auto para hacer todo, entonces se metió a trabajar en una empresa de fumigación, porque al finalizar el turno a los colaboradores les prestaban el auto.
“Empecé como vendedor comisionista, porque estaba muy chico; después me ascendieron como fumigador y de ahí me pasaron a oficina a ordenar papeles y libros, a usar Excel y a implementar el sistema operativo”, comenta.
Al terminar su carrera, Nelson regresa a Monterrey con la esperanza de encontrar un buen trabajo, pero se dio cuenta que era empezar de cero, ganando cuatro veces menos que lo que obtenía en Texas.
Trabajó un tiempo de mesero, hasta que en un viaje un amigo insistió en que abriera su propia empresa de fumigación y le ofreció el préstamo inicial para empezar a operar Garpec.
“Empecé en marzo de 2005: desde mi habitación contestaba el teléfono, vendía la fumigación, iba a realizar el servicio y regresaba a mi recámara. Después de un tiempo tuve que contratar un fumigador para que fuera a dar el servicio mientras yo contestaba teléfonos. Luego tuve que contratar a alguien más, y en unos seis u ocho meses tuve que cambiarme a una oficina”.
En ese momento fue cuando Nelson se dio cuenta que las metas no lo movían, sino el miedo a no lograr las cosas. “Tenía mucho miedo. Porque saqué un carro que estaba pagando, porque le debía dinero a mi amigo, porque cuando regresé a Monterrey me aventé un año sin saber qué hacer y me quedé sin ahorros; muchos amigos me prestaban dinero, me pagaban la cena… cuando renté el primer local donde puse mi oficina, mi único pensamiento era pagar la renta”, platica.
“Mi mayor acierto es haber dado con las personas clave: las personas que me han apoyado a lo largo de los años, e incluso las que me han quedado mal y las que me han robado, todas han sido base del éxito de la empresa”
La operación de la empresa y los retos
Nunca se deja de aprender, incluso de las malas experiencias. Para Nelson sus mayores retos y lo que lo ha frenado como emprendedor, y a Garpec como empresa, han sido las dependencias gubernamentales.
“Conforme va creciendo tu empresa, más te vas a topar con retos: los permisos, Hacienda, el IMSS, Infonavit, Secretaría de Salud… No hay otra cosa que me frene más que las dependencias gubernamentales, ni la competencia, ni la mala fama”, explica Nelson, mientras describe uno de los baches más grandes que hay en la historia de Garpec.
La empresa tuvo que parar operaciones durante año y medio, debido a un problema con un ex empleado al que tuvo que sacar de su proyecto y quien resultó ser familiar de la asistente del Secretario de Salud de Nuevo León, a partir de ese momento “todo se vino abajo”.
“Me clausuró la Secretaría de Salud del estado… pero cuando venían los inspectores se les hacía raro porque veían otros casos y sabían que la situación por la que nos acusaban solo merecía una multa… Afortunadamente a los 18 meses ganamos la demanda, empezamos otra vez y nos levantamos lento”, cuenta Nelson.
“En 2018 hago borrón y cuenta nueva, contrato unas personas que me ayudaron muchísimo para levantar la empresa, trabajaron conmigo… y después me roban, y ese fue un tropiezo grandísimo.
“Un 29 de noviembre se trabajó normal y el día 30 no vino ningún empleado, porque todos se los llevaron; se llevaron a todo mi personal de un día para otro, se llevaron a todos mis comunicadores, se llevaron a todos mis clientes, aunque la verdad es que el 84% de los clientes regresaron. Fumigaban como Garpec, pero tengo registrada la marca y legalmente pude recuperarla”, platica Nelson mientras recuerda este trago amargo.
A inicios de 2020 el tema económico ya empezaba a impactar a la empresa; para marzo de ese año se confirma el primer infectado de Covid-19 en Monterrey y llaman a Garpec de Torre Sofía para ir a sanitizar. Este es un servicio que no se promovía mucho, porque era dirigido a un sector pequeño y especializado: los quirófanos de hospitales, cuenta Nelson Garpec.
“La nota de la sanitización que hicimos en Torre Sofía sale en medios, un 13 o 14 de marzo, y a partir de ese día he tenido mucho trabajo, es más, ese es el mes en que más se ha vendido en toda la historia de la empresa… en 2020 ya no le interesaba la fumigación a nadie, pero si la sanitización y éramos de las pocas empresas que teníamos el permiso para realizarla… entonces, el tropiezo que habíamos tenido en los últimos años, lo sacamos en tres meses”, comenta.
Nelson
¿Quién es Nelson?
Me considero una persona a la que no le gusta meterse en conflictos o problemas; si no tengo nada bueno que decir de algo o de alguien prefiero no decir nada, eso me ha llevado a muchas partes.
¿Cuál crees que es tu perfil como emprendedor?
Me describo como un emprendedor con suerte, y así lo creo, porque cuando empecé con Garpec me fue bien desde un inicio.
¿Qué es lo que te ha hecho crecer?
Aprender a delegar. Siempre se piensa que nadie va a manejar el negocio mejor que uno. Yo tenía esa creencia de inicio, pero sí los hay, de pronto llega alguien que es mejor que tú, entonces tienes que empezar a despegarte de las cosas.
¿Cuál es el mayor acierto que has tenido en estos 18 años de vida de la empresa?
Mi mayor acierto es haber dado con las personas clave. Las personas que me han apoyado a lo largo de los años, incluso las que me han quedado mal, las que me han robado, han sido base del éxito de la empresa.
La gente clave es lo que te lleva al éxito, incluso de ese tipo de situaciones también se aprende, a lo mejor a no confiar en ciertas personas o tener ciertos protocolos de seguridad. Que una persona me haya robado, yo lo veo como un curso de cómo no me deben de fregar. Lo veo como un aprendizaje que me costó dinero, que ya no va a volver a pasar, y que no me ha pasado en los últimos años.
¿Ver por el bienestar de tus empleados te ha ayudado a crecer?
El empleado necesita dos cosas: la primera es el reconocimiento, reconocer cuando es bueno e incluso cuando es mejor que uno. Por ejemplo, con el último director, las cosas que él ha hecho, creo que yo no las hubiera logrado. La segunda es pagarles bien, la gente que va a estar aquí contigo, va a estar contenta, y yo creo que esa es la base del éxito, tener personas clave a las que puedas delegarles y les tengas confianza.
¿Para ti qué es el éxito?
Para mí el éxito es tener tiempo libre; si tienes comida, tienes un techo, eres feliz, estás contento, ya, con eso. Ese es el éxito. No debes tener muchísimo dinero o muchísimas cosas; es la libertad, es poder pasar tiempo con tus hijos, con tu familia.
¿Entonces te consideras exitoso?
Totalmente. Yo siempre presumo que tengo mucho tiempo libre para estar con mis hijos, presumo que no hago nada; me voy un mes de vacaciones, mientras que voy dos o tres horas a la oficina durante la semana, no sé si eso se presuma, pero realmente aprendí a delegar, y también aprendí a trabajar con la gente correcta.
Le digo a mis gerentes: oye, necesito que no hagas nada, tú no le vas a hablar al cliente tú eres el gerente de ventas, le debes explicar al vendedor cómo debe de hacer el trabajo; quiero que tengas tiempo libre para que tu mente la ocupes en cómo hacer que funcione todo lo demás, y se lo digo a mi gerente de ventas y a mi gerente de servicio.