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El tenis, el GOAT y los sesgos conductuales

Por Julián Rincón, Behavioral Economics Leader en BBVA

Cómo nos influyen determinados mecanismos mentales en la percepción que tenemos del mundo y, en particular, en el manido discurso sobre quién es el mejor de todos los tiempos.

Desde hace años asistimos a un caliente debate entre los aficionados al mundo del tenis sobre quién de los 3 grandes (Federer, Nadal y Djokovic) es merecedor del término GOAT (Greatest Of All Time).

Unos apelan al número de títulos conquistados, al de Gran Slams, a las semanas como número uno.

Otros, sin embargo, utilizan otros argumentos más conectados con los sentimientos que esos jugadores les han inspirado: el impacto generado en el deporte, la lucha en cada torneo, determinadas gestas puntuales, etc.

Al margen de los favoritismos personales, hay un efecto mental que influye de sobremanera en este debate y es el llamado Peak End Rule Effect.

Peak End Rule es una heurística psicológica que cambia la forma en que recordamos acontecimientos pasados. Recordamos una memoria o juzgamos una experiencia en función de cómo nos sentimos en los momentos álgidos, así como en los finales.

¿Por qué se genera esto? Lo que se produce es un atajo mental, el cual simplifica todos nuestros recuerdos como una manera de eficientar nuestra capacidad cognitiva y tomar decisiones de manera más rápida.

Foto: Especial.

En lugar de procesar toda la información disponible sobre el tema a tratar, tomamos decisiones apoyadas en el recuerdo final de la experiencia o en el momento de más intensidad emocional.

Vayamos, con lo que ya sabemos, a analizar quién debería ser el GOAT o más bien por qué mucha gente atribuye a uno u otro este reconocimiento.

Roger Federer: transformó con su elegancia la manera de entender el tenis y alcanzó las cotas más elevadas en la excelencia tenística. Por tanto, estuvo presente en los momentos de mayor intensidad y, por ende, mayor recuerdo. Es algo como el Michael Jordan del tenis.

Rafael Nadal: con su impresionante irrupción jugó un papel de altura como rival de Federer y juntos protagonizaron épicas batallas, como la final de Wimbledon 2008, considerado el mejor partido de la historia. Nadal, por ejemplo, tiene 14 Roland Garros. Nadie mostró tanto dominio como él en una superficie.

Por tanto, también ofreció momentos de altísima intensidad emocional.

Novak Djokovic: el indiscutible número uno del momento y quien ha ganado más Grand Slams. El recuerdo reciente de sus victorias le hacen parecer el mejor. ¿O es solo el efecto que nos provoca el recuerdo de sus últimos partidos?

 Así pues, si hablamos de pico de intensidad de sentimiento, es seguro que Fedal (Federer + Nadal) se lleven la partida, pero si consideramos el recuerdo final, Djokovic sería más predominante. ¡Y, a todo esto, ¡llega Alcaraz!

¿Qué pasará?

Al final se trata de una pasión y cada uno tendrá un favorito. No busquen racionalidad alguna.

Firmado: Un nadaliano

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