Por Mario Sosa, Managing Partner en Soro Wealth
Tener una familia con una masa patrimonial “alta” es ciertamente afortunado financieramente, pero complicado familiarmente. Idealmente, tendremos una familia bien organizada en la gestión de sus relaciones y su patrimonio, pero también se corre el riesgo de quebrar esas relaciones y perder el patrimonio si no se tiene una plataforma adecuada.
Cifras clave: 60% de las causas por las que fracasan estos proyectos es atribuible a dos temas: pérdida de confianza y mala comunicación. Sin embargo, el 90% del esfuerzo de la industria se enfoca solamente en la gestión financiera del patrimonio. Por otra parte, el 70% de los negocios familiares dejan de existir para la tercera generación. La mayoría fracasa o son vendidos en la segunda generación, y solo el 10% continúa operando para la tercera generación.
Las fuentes de riqueza de la familia incluyen su capital: humano, intelectual, social y financiero. Las familias que pretenden operar de forma integrada y con una proyección inter-generacional deben construir y preservar una estructura que les permita preservar y acrecentar su patrimonio, financieramente, pero también cubrir integralmente las relaciones entre miembros familiares para cuidar su bienestar y fomentar buenas relaciones.
Un Family Office es una plataforma viva: es dinámica y ajustada a través del tiempo; es incluyente: incluye a todos los miembros familiares; es exhaustiva: cubre temas financieros, y también diversos que cuiden la salud, buena convivencia, realización personal y sentido de valor y pertenencia.
La columna vertebral del Family Office es el protocolo familiar, que incluye: 1) misión, visión, valores familiares y recolección de la narrativa histórica familiar; 2) modelo financiero complejo, con: estado de flujos, declaración patrimonial neta, supuestos (metas y objetivos de liquidez y crecimiento, horizonte de tiempo, proyecciones hipotéticas), proyección de retornos, dispersión entre diversas clases de activos, análisis de sensibilidad y desempeño; 3) estructuras de gobernanza: consejo familiar y de administración, roles claros, sistemas formales de comunicación para asegurar transparencia y reporteo adecuado; 4) uso de vehículos de inversión para buena gestión corporativa, y planeación sucesoria y fiscal.
Implementar un Family Office puede tomar típicamente varios meses, un año, o más. La clave de su éxito está en la frecuencia de su uso.
Queremos inculcar en toda la familia una cultura de Ownership Mentality y Growth Mindset. Operar de esta forma fomenta el sentido de pertenencia, asegura la preservación y crecimiento financiero, y previene los problemas familiares.