spot_imgspot_img

El súper peso: ¿pesa o no pesa?

Por Luis Gonzalí, CFA. VP / Director de Inversiones en Franklin Templeton México

El peso fuerte es más un lastre que una bendición, sin embargo, señalarlo como tal genera disonancia cognitiva entre los agentes económicos debido a que el tipo de cambio es la variable financiera más asociada al buen desempeño de la economía, lo cual, no necesariamente es cierto.

El tipo de cambio es la variable económica más politizada a nivel global, y México no es la excepción. En la mente de la gente, un tipo de cambio fuerte es sinónimo de una buena gestión presidencial, y viceversa. Recordemos la frase de Jolopo: “Presidente que devalúa, se devalúa”.

Sin embargo, México es un país completamente distinto de lo que fue en la década de los 80s. Hoy tenemos un tipo de cambio flexible, cifras macroeconómicas fuertes, reservas internacionales sanas, etcétera.

Foto: Especial.

En ese sentido, los movimientos del tipo de cambio ya no dependen del Presidente, sino de muchísimas variables internas y externas, y hoy por hoy, dichas variables han hecho que el peso mexicano sea la segunda moneda más apreciada a nivel global en el año (sólo por detrás del peso colombiano). Nuestros atavismos mentales gritan que la fortaleza del peso es muy positiva, pero ¿realmente lo es?

México es un país manufacturero, de comerciantes. De hecho, es uno de los países más abiertos a nivel global, con más tratados comerciales que muchas potencias globales (México tiene tratados con 58 países, mientras que EE.UU. tiene con 17 países, por ejemplo), y lo que ha pasado en los últimos 6 meses es que nuestra moneda se ha vuelto 16% más cara. Parte de este aumento se le termina traspasando al extranjero, pero otra gran parte termina golpeando a las empresas mexicanas, que reciben menos pesos por lo que venden en dólares.

Por otro lado, para nosotros se ha vuelto más barato comprarle al extranjero, sin embargo, ¿quién realmente se beneficia de esto?

Según la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM,) existen alrededor de 3,500 empresas en México, las cuales se dedican a importar y exportar mercancías en el país.

Claramente, esas 3,500 firmas se benefician al importar productos del extranjero, sin embargo, el consumidor final apenas logra ver beneficios.

Foto: Especial.

El precio de las mercancías no alimenticias (que incluyen productos nacionales e internacionales) ha subido 2.2% en el año, cuando uno esperaría ver presiones deflacionarias dado el comportamiento del tipo de cambio. Lo que sucede es que el importador incrementa su margen al comprar barato y mantener los precios de las mercancías sin cambio, beneficiando a su empresa, pero no al consumidor final.

En resumen, casi nadie parece estar ganando con un peso fuerte. ¡Ni siquiera el gobierno! El cual es sensible a la apreciación del peso: por cada 10 centavos de apreciación, respecto a su estimado para este año ($20.6 por dólar), el gobierno presenta una pérdida neta en su presupuesto de $4,355 millones, es decir, con un tipo de cambio a $16.80, el gobierno traería una minusvalía presupuestal de $165,490 millones. Un hueco grande en las finanzas públicas.

En ese sentido, el “super peso” parece pesar más de lo que ayuda. ¿Tiene sentido seguir aplaudiéndolo?

Cuando contrastamos la realidad con datos duros, la respuesta es un tajante ¡No!

spot_imgspot_img

Artículos Recientes

spot_imgspot_img

Artículos Relacionados

Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?