Con sus más de 13 años de existencia, la clínica de alta especialidad para aplicar tratamientos y terapias a pacientes con enfermedades crónico-degenerativas o autoinmunes, ha tenido buena aceptación entre las personas, el ramo médico y de los seguros, ahora ya cuenta con 20 sucursales en el país.
Por Ericka Pedrero
Alivia llegó al sector de la salud hace 13 años a reinventar y cambiar las reglas a favor de aquellos pacientes con enfermedades crónico-degenerativas o autoinmunes, pues la aplicación de tratamientos especializados para padecimientos como cáncer o esclerosis múltiple estaban acaparados por el sector público y, en menor medida, por los grandes hospitales privados, debido al riesgo y complejidad de la aplicación, y a los altos costos.
Con un antecedente familiar en el ramo de la salud de más de un siglo, Héctor Benavides Sauceda, fundador y presidente del consejo de Alivia, decidió apostar por cambiar las reglas en este sector tan celoso de sus procesos y apostar por un nicho de mercado que aún no era probado en México pero que ya tenía presencia en Estados Unidos: las clínicas de corta estancia.
Es así como en 2010 nace Alivia, con un concepto de clínicas de infusión, pero con las comodidades para facilitarle y hacer más llevadero a los pacientes y sus familias la aplicación de tratamientos fuertes, como las quimioterapias para diversos tipos de cáncer y algunas enfermedades autoinmunes, que incluso se encuentran en la lista de las principales causas de muerte en el país.
“Hay enfermedades muy caras y difíciles de tratar, y nos enfocamos en este nicho en el que los médicos internaban a sus pacientes en hospitales para recibir un tratamiento de unas horas, las aseguradoras sufrían la penalización del acto de los hospitales y el siniestro subía de precio muy rápido”, con el riesgo de agotar el monto de la suma asegurada, comenta Héctor Benavides.
Afortunadamente Alivia, explica Héctor, entró al sector de la salud gracias a diversas variables, como la asociación con aseguradoras, empresas farmacéuticas y la aceptación de la comunidad de médicos especialistas, pero lo que facilitó su camino fue el desarrollo y evolución de los medicamentos, pues actualmente hay unos biológicos llamados monoclonales que han ayudado a mantener la continuidad de los tratamientos, debido a que generan menos reacciones y sufrimiento para los pacientes, y son de aplicación más sencilla.
Abrir mentes en un sector tan celoso
El principal reto para Alivia fue posicionarse en un sector muy celoso con procesos ya establecidos; por tradición o desconocimiento, tanto aseguradoras como médicos no confiaban en las clínicas de corta estancia, pues era un modelo nuevo.
“Los doctores no tenían confianza en aplicar este tipo de tratamientos fuera de un hospital, aunque el laboratorio ya lo permitía, al igual que la Cofepris, ya que tenían un compromiso con el paciente y se les hacía fácil hospitalizar al quien contaba con un seguro, sin importar el costo del hospital”, explica.
El otro reto era convencer a las aseguradoras de gastos médicos mayores, pues tenían sus convenios de pago directo con hospitales, ambulancias, de rayos x y análisis clínicos, pero nunca habían tenido un convenio para la aplicación de quimioterapias, y era entrar a un concepto nuevo de negocio, comenta el fundador de Alivia.
Hace 13 años, esos eran los factores que frenaban esta idea mexicanizada de clínicas de infusión de corta estancia, pero ahora su crecimiento se debe a las alianzas directas con farmacéuticas (Big pharma) como Roche, Glaxo SmithKline, Pfizer o Merck; los convenios con diversas aseguradoras; un servicio de concierge para agilizar los procesos y los trámites, y el acercamiento con la red de médicos especialistas en padecimientos como: cáncer, neurología, reumatología, y algunos gastrointestinales, como enfermedad de Crohn.
La pandemia como motor de crecimiento
Héctor Benavides cuenta que el momento de mayor crecimiento para Alivia fue en los últimos cinco años, pero especialmente durante el periodo de pandemia por Covid-19, debido a que los hospitales estaban saturados con enfermos por el virus y las clínicas de infusión eran una alternativa para que los pacientes inmunocomprometidos pudieran recibir su tratamiento sin un mayor riesgo.
Alivia ya suma unas 20 clínicas en el norte y centro del país, en ciudades como Monterrey, Chihuahua, Saltillo, Hermosillo, San Luis Potosí, León, Querétaro, Puebla, Mérida y Ciudad de México, ya con cinco sucursales.
En más de una década, las clínicas de infusión han recibido a más de 15 mil pacientes, muchos de ellos recurrentes y han realizado más de 75 mil aplicaciones de tratamientos, a as cuales se sumarán unas 12 mil más al cierre de 2023; “esto es una muestra de la aceptación que hemos recibido”, comenta el fundador y presidente del consejo de Alivia.