Por José Segarra Silva, Presidente de la CFA Society México y co-fundador de SetGo
Se suponía que el 2023 iba a ser un año de recesión. Se suponía que el mercado, siendo un indicador adelantado de la economía, nos había señalado un rápido final de ciclo económico. Se suponía que la Fed había destruido a la economía con el alza de tasas más rápida en décadas.
Pues no. En este momento, el estimado de crecimiento de la Fed de Atlanta para el tercer trimestre del año indica un crecimiento esperado de un elevadísimo 5.6% anualizado. Ese ritmo de crecimiento, fuera de los momentos de rebote súbito de la economía tras la pandemia, simplemente no se había dado en lo que va del milenio. Resulta que estamos en uno de los mejores momentos económicos de las pasadas dos décadas para el vecino del norte, lo cual termina por beneficiarnos en México por la integración económica de la zona TMEC en América del Norte.
La desconfianza estadounidense a China por los problemas que surgieron desde la administración de Donald Trump con su guerra comercial, aumentada con la crisis COVID y el apoyo chino a Rusia en la guerra contra Ucrania ha provocado una ola de inversión en nuestro país que nos coloca en una situación envidiable.
Los mejores promotores de nuestro país como destino de inversión no han sido políticos o instituciones mexicanas; los que han hecho el mejor trabajo para incentivar la inversión en México han sido Xi Jinping y Vladimir Putin.
Los mercados en máximos con las tasas de interés de 10 años en su nivel más alto desde 2008, el petróleo haciendo máximos del año con China en plena implosión, muchos países emergentes desligándose del comportamiento industrial chino y de la marcada debilidad de su moneda. Los mercados han enloquecido.
No hay un momento similar en la historia, al que estamos viviendo; uno que podamos estudiar para entender qué es lo que sigue. Algunos indicadores de recesión como la curva de rendimientos siguen indicando recesión con una fuerza equiparable únicamente a lo que veíamos previo a la gran depresión de 1929, eso mientras tenemos uno de los mejores crecimientos en décadas.
Peter Lynch, uno de los inversionistas más exitosos de la historia, alguna vez dijo: “Si pasaste 13 minutos al año estudiando economía, has desperdiciado 10 minutos”.
Es la naturaleza de los pronósticos fallar, y más en un momento como el actual… sin precedentes. La precaución y la diversificación, la única salida para quien valora su capital. Una lección que los mercados nos enseñan hasta que la aprendamos… o no.