La pandemia fue un parteaguas para Anhix; su apuesta fue reforzar las acciones que la colocaban en el mercado (el acompañamiento y la personalización) e innovar para aumentar su catálogo de productos.
Por Ericka Pedrero
Anhix, que en 2008 empezó con el nombre de Protexa Construcción Avanzada, era una empresa que buscaba utilizar un subproducto de la industria química y adaptarlo a diferentes materiales para construcción para hacerlo más sustentable, obtener la patente y otorgar licencias…
15 años después, la empresa es una cementera y blockera (sin licenciar la patente, pero sí usándola in-house), cuyo principal valor es hacer trajes a la medida para cualquier tipo de construcción, ya sea edificios, viviendas o para el sector comercial.
Rodrigo Lobo, consejero de Anhix, empresa que fue fundada por su padre y un amigo de él, explicó que si bien la característica de sus productos es que sean térmicos, ligeros, resistentes, impermeables, tengan un mayor rendimiento y sean de fácil aplicación (lo que los hace ecológicos y sustentables), lo que realmente ha impulsado su crecimiento en un mercado tan competido como el de la construcción es “hacer trajes a la medida”.
“Esos trajes a la medida, el trabajar de la mano con los que deciden qué se requiere en la obra y darles una solución, es lo que ha impulsado el mercado para nosotros, más que la parte ecológica y sustentable”, refirió Rodrigo.
Por su parte, la gerente general de la empresa, Marcela Lobo, quien también es hermana de Rodrigo, comentó que el concepto de acompañamiento durante la obra y el poder personalizar no sólo el producto, sino también las entregas, es algo que no se ve en empresas que se dedican a la fabricación de materiales de construcción y es lo que les ha abierto el camino; son su diferenciador.
En el tema de ventas, Anhix está asociada con distribuidores que ofrecen sus productos, incluso algunos especializados, pero lo que le ha dado resultado es “tocar puertas” con desarrolladores a gran escala o incluso con arquitectos que hacen proyectos pequeños, por ejemplo viviendas individuales, y a los que se les pueden ofrecer soluciones más personalizadas, indica Marcela Lobo.
Para Anhix, otros factores que han impulsado sus ventas son su tiempo de entrega, que en productos especializados es de 21 días, mientras que hay fabricantes que entregan el block más sencillo hasta tres meses después de la orden de compra, y la disminución de la merma, pues para algunos proyectos entregan mitades de block que se pueden colocar en las orillas, que ayudan a minimizar el desperdicio y agilizan el tiempo de construcción al no tener que cortar blocks para adaptarlos; “nuestra idea es mantenernos dinámicos ante las necesidades del cliente”, precisa la gerente general.
Innovación y la pandemia
Todos los materiales que comercializa Anhix nacen en su laboratorio, explica Rodrigo.
El laboratorio existe desde que la empresa era solo una cementera, ahí se llevan los muestreos de cada producción, cada lote, se sigue la rastreadibilidad de cada producto que sale hasta que llega con el cliente, se realizan todas las pruebas de termicidad, permeabilidad, resistencia, y recientemente es en donde se impulsa la innovación en la empresa, menciona Marcela Lobo.
Para darle seguridad al cliente, cada producto se analiza internamente, ya que el laboratorio está certificado, pero las muestras también se envían a laboratorios externos para que sean avalados por un tercero, comenta.
Gabriela Lobo, gerente de Recursos Humanos y también hermana de Rodrigo y Marcela, afirma tras el comentario de sus hermanos que durante la pandemia por Covid-19 Anhix pudo sacar ventaja del tiempo libre y del laboratorio, y se decidió innovar, pese a que la situación fue un poco apremiante para el sector de la construcción, pues había muchos proyectos detenidos.
“Quisimos ver el lado positivo y empezamos a innovar. Dijimos: vamos a aprovechar el momento, tenemos un laboratorio interno, tenemos el expertise, el tiempo y la información de campo que nos traen los vendedores sobre lo que piden los clientes”, destaca Gabriela.
De acuerdo con Rodrigo Lobo, la pandemia fue un parteaguas para la empresa, “queremos esforzarnos en seguir innovando; afortunadamente tanto el área de calidad, como el ingeniero, el gerente de operaciones, y quienes nos ayudan en planta traen ese chip, siempre están buscando qué otra novedad hacer”.
Desde hace dos años, Anhix ha renovado, modificado o inventado producto tras producto; actualmente puede fabricar más de 50 combinaciones entre tamaños, colores, acabados, ligereza, resistencia…
Las barreras que ha enfrentado
El block y los aditamentos que Anhix vende a través de la cementera, como estuco, pastas para corregir desperfectos, mortero o pegamentos para loza es la parte que no se ve de la construcción, entonces a veces es difícil colocarlos en el mercado, porque no se da importancia a las diferencias o al valor agregado, como la característica de la termicidad, explica la gerente general.
Otro reto que Anhix ha enfrentado es que en el sector de la construcción las personas que ocupan los materiales, como los maestros de obra, “se casan” con un producto y es difícil que prueben uno nuevo, aunque sea mejor, tenga una aplicación más fácil y lastime menos la piel, comenta Gabriela.
Nuevos mercados
Actualmente, Anhix cuenta solo con una planta en Nuevo León, pero entre sus metas a corto y mediano plazo está la posibilidad de abrir otra en el centro o sur de México, pues hay clientes de estas regiones que han buscado sus productos y soluciones a la medida, sin embargo, el transporte y logística para llevarlos a su destino a veces supera el precio del block.
Otro proyecto en puerta es impulsar la venta al sur de Estados Unidos, porque aunque el uso del block no es muy común, las personas están encontrando sus ventajas, como la termicidad, además hay muchos mexicanos que viven allá y usan block para sus casas, afirma Marcela.