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64 años de alta especialidad y servicio premium para el sector automotriz: Águila Azteca

Gracias al Internet ahora tenemos clientes muy informados y con una alta expectativa de lo que requiere su auto… eso nos ha ayudado a derribar las barreras que había hace 20 años en el mercado”

César Martínez Paz, director general de Águila Azteca

Por Ericka Pedrero

César Armando Martínez Paz, quien actualmente es el director general de Águila Azteca, es prueba de que una empresa familiar que ha pasado por tres generaciones puede seguir viva gracias al servicio premium y a los accesorios para autos de alta especialidad que ofrecen.

En sus sucursales se pueden encontrar llantas para todo tipo de uso, modelo de auto o marca, desde Ford, KIA, VW hasta BMW, Porsche, Ferrari; con marcas como Toyo, Momo, Goodyear e incluso de la firma Pirelli, que se utiliza exclusivamente en las competencias de Fórmula Uno y que son difíciles de adquirir en tienda a nivel nacional, sino es bajo pedido o con proveedores internacionales.

Águila Azteca inició operaciones hace 64 años, cuenta César Martínez, “nace el 7 de mayo de 1959, es una empresa que fundó mi abuelo Estanislao Martínez Lara con mi papá y mis tíos, toda la familia trabajaba; en ese momento solo se dedicaban a la venta de refacciones, y así fue creciendo. Mi abuelo fue pionero en importar refacciones desde Estados Unidos y así empieza Águila Azteca, en Pablo A. De La Garza y Francisco I. Madero, lugar en donde todavía estamos y es nuestra sucursal insignia”. Dieciséis años después de posicionarse y tener un crecimiento sostenido, en marzo de 1975, la familia decide cambiar de locación e irse a una bodega en Eugenio Garza Sada.

Foto: Sucursal Águila Azteca.

“Es cuando mi padre decide quedarse mientras la familia se va y empiezan a dedicarse más a autopartes y refacciones, y para que no hubiera algún problema con ellos y no competirles, pues lo que buscaba era independencia y seguir su camino, mi padre hace switch en la empresa y cambia de refacciones a accesorios automotrices, todo lo que es el after market (después de agencia), como rines y llantas”, cuenta César.

La primera alianza o distribución de llantas de Águila Azteca la hizo mi padre con Mickey Thompson Tires; en aquel entonces siendo pionero en importación de llantas en el país. Era época en donde solo estaban las Big Ones, como Goodyear, Firestone, Euzkadi. Entrando los años 80’s mi padre busca diversificación en otros negocios dejando a una persona la dirección de Águila Azteca, persona con la cual debido a malos manejos decide en 1992 romper esa relación y es cuando entramos mi hermano Estanislao Martínez Paz y yo al quite.

30 años dirigiendo

Con 15 y 16 años de edad, respectivamente, Cesar y su hermano entraron a la dirección de Águila Azteca; la intención de su padre era que trabajaran para entender el negocio y lo pagaran con su labor diaria. Los jóvenes directores asistían a la escuela por la mañana y en la tarde iban a trabajar. Aprendieron a que una parte de los ingresos era su sueldo, pero otra parte servía para ir creciendo la empresa; sin embargo, también entendieron que el éxito del negocio no solo se basaba en las ganas que pusieran a la “chamba”, sino que había factores externos que podían impactarlo.

“Un año después, en 1993, el primer gran reto fue El Error de Diciembre, donde tenemos un dólar de 3.50 pesos que subió a 9, entonces, siendo importadores y siendo unos niños ese fue un año dificilísimo, pero nos curtió bastante, sacamos adelante la empresa, pero más o menos finales de la década, un 6 de diciembre, se viene la crisis del Dragón Chino, lo del efecto de China que también nos impactó”, recuerda.

Uno de los cambios más fuertes para Águila Azteca ocurrió 15 años después de que César y su hermano tomaron la dirección, en 2007 deciden separarse, pues “para que un barco funcione mejor debe de tener un solo capitán”.

“La alta especialidad de productos nos ha ayudado ante las barreras de entrada al mercado y para tener la satisfacción total del cliente”

Su papá les dijo: “me hablan por teléfono cuando terminen de decidir, a la hora que sea, y me dicen lo que decidieron”, y así fue. Lo platicaron, su hermano cedió su 50%, César compró su parte y se quedó como dueño del negocio.

El último gran golpe para César y Águila Azteca fue con la crisis del 2008, pues acababa de pagar la mitad de la empresa que compró a su hermano.

“La crisis me pegó durísimo, era de llorar, pues ya estaba solo y no tenía con quien hablar o de dónde escudarme, había ‘metido todas mis canicas’ aquí; fue la más fuerte porque me tocó el reto solo, pero afortunadamente ya estaba curtido de las crisis anteriores y sabía qué hacer”, cuenta.

Su equipo de colaboradores fue su soporte en esa última crisis económica. Habló con ellos y les dijo: “vamos a tener que apretarnos el cinturón”, y para su sorpresa recibió una “palmada de confianza” y es lo que lo motivó a echarle ganas y a sacar adelante el negocio, con su ayuda.

Ante el contexto político-económico actual, con el próximo cambio de gobierno y el superpeso, César comenta: “afortunadamente con una trayectoria de 30 años hemos visto casi todo, entonces no estoy muy preocupado ante esos retos, me preocupa más lo cambiante del mercado”.

Foto: César Martínez Paz, en instalaciones de Águila Azteca.

Mercado cambiante

30 años de trayectoria han dejado un gran aprendizaje, “si hay algo seguro en este mercado es el cambio”, explica César, ya que los vehículos en 1990 no son iguales a los actuales, desde la oferta de marcas, “la gran mayoría traía Chevrolet o Volkswagen, pero gracias a la entrada de autos europeos y asiáticos todo ha cambiado bastante y ese ha sido un gran reto… en aquellos ayeres teníamos un catálogo de 25 tipos y medidas de llantas, ahora son más de 500 medidas diferentes”.

César platica que hace 30 años los autos de agencia salían “austerísimos”, entonces en cuanto los adquirían los dueños asistían a Águila Azteca a comprar accesorios como rines o llantas, y ese era su nicho de mercado, pero con el tiempo la situación fue cambiando y los autos los vendían más completos, entonces tuvieron que adaptarse y dirigir su oferta a accesorios especializados.

“Ahora los vehículos están tan especializados que ya no puedes poner una llanta que no tenga el índice de velocidad que maneja el vehículo, o sea, no puedes poner el mismo modelo de llanta a un Versa que a un Porsche, los dos tienen diferentes especificaciones. La alta especialidad de productos nos ha ayudado ante las barreras de entrada al mercado y para tener la satisfacción total del cliente”, indica César.

De acuerdo con el director general de Águila Azteca, los clientes tampoco son los mismos de antes, pues ellos se conformaban con que las llantas estuvieran nuevas y fueran “negras y redondas”, pero “gracias al Internet ahora tenemos clientes muy informados y con una alta expectativa de lo que requiere su auto… eso nos ha ayudado a derribar las barreras que había hace 20 años en el mercado”.

“Si hay algo seguro en este mercado es el cambio”

César comenta: “ahora nos dicen, ‘mi coche necesita tecnología run flat’, ‘necesito una llanta que sea all season’, o ‘necesito una llanta para altos índices de velocidad, pues aunque mi vehículo no es un super car salgo mucho a carretera’, entonces nos vamos adaptando a las necesidades”.

Si Mahoma no va a la montaña…

Una de las anécdotas más destacables para César Martínez y Águila Azteca fue cuando un cliente pidió un tipo de llanta específico para un auto europeo de alta gama, que aún no tenía un registro de Norma Oficial Mexicana (NOM) para su importación… La solución fue “Si Mahoma no va a la montaña la montaña va a Mahoma”.

Cuando los autos salen de agencia los venden con llantas, entonces al adquirir el vehículo completo en México no hay problema para importarlo, pero para traer solo las llantas había barreras (ya quitaron las del sector hulero), como una NOM que se renueva cada año, explica César. 

“Específicamente cada modelo de llanta requiere esa NOM, sin ella no importas; entonces tuvimos ciertos casos en los que nos decían: ‘necesito las llantas para este carro’, pero no hay en México porque el proveedor ni siquiera ha hecho el trámite para expedir la NOM y poder importar… Pero hubo un cliente de un vehículo de alta gama que nos pidió hacer algo”, menciona.

Las llantas se pidieron al proveedor europeo para que las enviara a Mc Allen, Texas, por flete aéreo, mientras que el auto se pasó a Estados Unidos con una grúa, después de solicitar el permiso para el cruce internacional; entonces allá se hizo “la maniobra completa para instalar las llantas”. “Se hizo demasiado, a un costo alto, pero al final se encontró la solución”, comenta César.

Foto: César Martínez Paz.

La apuesta

Para Águila Azteca, estos 30 años han sido de consolidación de clientes y de fuertes alianzas con proveedores, pero ahora viene la etapa de expansión, afirma César.

“Tenemos 17 sucursales a nivel nacional, pero vamos por una expansión más fuerte, incluso aquí en Monterrey, donde tenemos 6 sucursales pero queremos pasar a 10 y luego a 15, entonces estamos en periodo de alta expansión a nivel local

y para tener presencia en todos los estados, sobre todo en las ciudades más importantes del país”, explica César.

La meta a corto plazo para Águila Azteca es ampliar presencia en toda el área metropolitana de Monterrey, y a mediano y largo plazo estar desde Tijuana hasta Cancún, incluyendo Guadalajara y Ciudad de México, las cuales considera clave para su estrategia de expansión.

Ericka Pedrero
Ericka Pedrero
Gerente editorial de la Revista Lord Multitask. Tiene alrededor de 15 años de experiencia en medios de comunicación impresos, radio, televisión y digitales, así como en consultoría de comunicación y en agencias de relaciones públicas.
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